John M. Ackerman (La Jornada)
El verdadero riesgo para la democracia no son las acciones pacíficas que podría emprender Andrés Manuel López Obrador después del 1º de julio, sino el fuerte coletazo del dinosaurio si el PRI pierde las elecciones presidenciales. El candidato de las izquierdas siempre ha defendido la vía electoral y pacífica como el único camino para conquistar al poder gubernamental. En contraste, el PRIAN controla las fuerzas militares y cuenta con tantos pactos y compromisos inconfesables que muy difícilmente aceptaría una derrota en las urnas.