…y la sumisión de los demás!!! | Lo único que se necesita para que triunfe el mal, es que los hombres buenos hagan nada. Edmund Burke. Escritor y pensador político irlandés. 1729-1797
En el marco de la pandemia de Covid-19 millones de seres humanos asisten de manera pasiva a la instauración de un totalitarismo tecno-sanitario-plutocrático integral de tal magnitud, que hace que las distopías de ciencia ficción de George Orwell ( 1984) y Aldous Huxley ( Un mundo feliz) se queden cortas, y que los totalitarismos clásicos parezcan apenas ejercicios de aprendices primitivos.
Según Naomi Wolf ( Ten Steps to Fascism: Authoritarianism in a Pandemic), Estados Unidos transita ya el décimo de los 10 pasos hacia el fascismo: el Estado ha fusionado al gobierno con las megacorporaciones financieras, tecnológicas y farmacéuticas de una manera similar a la del fascismo italiano, utilizando la crisis sanitaria como vehículo para justificar la supresión/abolición de los derechos humanos inalienables y civiles; pero no es sólo una guerra contra la libertad sino contra los seres humanos.
El hambre está «inextricablemente relacionada con el aumento de las presiones sobre la tierra, el agua y las fuentes energéticas», según el informe. Las inversiones o acuerdos agrícolas internacionales están aumentando y la mayoría tienen lugar en regiones subsaharianas donde el arrendamiento del terreno es barato y los niveles de hambre elevados.
Dos de los tres países con unas cifras «extremadamente alarmantes» de hambre son Burundi y Eritrea, seguidos de Haití, según el informe del GHI, publicado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) y las organizaciones Welthungerhilfe (alemana) y Concern Worldwide (irlandesa).
Toda esta crisis mundial en prácticamente todas las esferas (económica, social, política, religiosa, etc.) orquestada por los poderosos contra la humanidad ha sido parte de un escenario perfecto para cumplir su agenda, empezaron creando megacorporaciones como Monsanto, que junto con otras controla los alimentos, otras corporaciones militares privadas para sustituir a los ejércitos, corporaciones que controlan el desarrollo científico y tecnológico, mega bancos y muchas más que ahora son más poderosas que muchas naciones.
Los dueños de esas corporaciones ahora dan un paso más al crear las ciudades privadas, después vendrán islas privadas, ya las hay pero privatizarán más con motivo de cobrar el adeudo de los países que están quebrando por la crisis, todo simplemente como ensayo de algo que afectará a la humanidad completa por mucho tiempo;
En el video de abajo (en inglés aunque el texto hace un buen resumen de lo que mencionan en el video), notamos que la masiva protesta esta semana contra SOPA y PIPA no debería ser sólo acerca de las restricciones de la libertad de expresión por el gobierno y las corporaciones en la internet.
También es crucial que sea acerca de una resistencia por todos los medios contra la elite y sus tecnócratas para convertir internet en un panóptico de vigilancia que lo abarca todo y una red de control. Contrariamente a la creencia común, la Internet no fue construida para ser un sistema informático conectado a
Cuando comenzó la Revolución Industrial en Gran Bretaña, a fines de los años 1800, se podía ganar mucho dinero invirtiendo en fábricas e industrias, abriendo nuevos mercados, y obteniendo el control de fuentes de materias primas. Los que tenían más dinero para invertir, sin embargo, no se encontraban tanto en Gran Bretaña sino más bien en Holanda. Holanda había sido la mayor potencia occidental en los años 1600, y sus banqueros eran los principales capitalistas. A la busca de beneficios, el capital holandés fluyó hacia el mercado bursátil británico, y así los holandeses financiaron el ascenso de Gran Bretaña, que luego eclipsó a Holanda económica y geopolíticamente.
De esta manera el industrialismo británico llegó a ser dominado por inversionistas acaudalados, y el capitalismo se convirtió en el sistema económico dominante. Esto condujo a una gran transformación social. Gran Bretaña había sido esencialmente una sociedad aristocrática, dominada por familias terratenientes. A medida que el capitalismo llegaba a ser económicamente dominante, los capitalistas llegaron a ser dominantes en la política. Las