En las llamadas “sociedades democráticas” contemporáneas, la propaganda de guerra está concebida como los actos de ilusionismo, se trata de desviar la atención del público para que no vea lo que no debe saber, dice Thierry Meyssan.
Una frase muy trillada es que cuando hay una guerra la primera víctima es la verdad y en el actual conflicto de Rusia contra Ucrania no es la excepción. Incluso podemos decir que en esta confrontación se está empleando como nunca tácticas de guerra psicológica, la manipulación de la opinión pública, la mente del ciudadano como blanco de la propaganda de uno y otro bando aunque parece que es en occidente donde se realiza con mayor intensidad la guerra asimétrica y de desinformación y distrosión de la realidad.