El pretexto climático parte 3 (final)
1997-2010: La ecología financiera
por Thierry Meyssan
Al igual que Henry Kissinger y Margaret Thatcher, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore también recurre a la retórica ambientalista. Ya el objetivo no es desviar la atención de las guerras que desata el imperio estadounidense ni restaurar la grandeza del Imperio británico sino salvar el capitalismo anglosajón. En esta tercera parte de su estudio sobre el discurso ecologista, Thierry Meyssan analiza la dramaturgia preparatoria de la Cumbre de la Tierra prevista para el año 2012 y la rebelión de Cochabamba.

En su filme «2012», Roland Emmerich muestra el derrumbe de la corteza terrestre bajo el peso de las aguas y el salvamento de los capitalistas más adinerados en dos modernas arcas de Noé mientras el resto de la humanidad sucumbe a los embates de las aguas.
Recomendado leer:
Parte 1: El Cambio Climático no es causado por el Hombre: La ecología de guerra
Parte 2: El Cambio Climático no es causado por el hombre: La ecología de mercado
El Protocolo de Kyoto
En 1988, Margaret Thatcher había incitado al G7 a financiar un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC) [Conocido en español por sus siglas en inglés (IPCC) y como Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, denominación que utilizaremos en lo adelante en este trabajo. NdT.] bajo los auspicios del PNUMA y de la Organización Meteorológica Mundial.
En su primer informe, en 1990, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático consideraba «poco probable» un claro aumento del efecto invernadero para «las próximas décadas o más allá». En 1995, un segundo informe de este órgano político se hace eco de la ideología de la Cumbre de Río y «sugiere una influencia detectable de la actividad humana en el clima planetario» [1].
Al ritmo de una al año, se suceden entonces una serie de conferencias de la ONU sobre el cambio climático. La de Kyoto, en Japón, elabora en diciembre de 1997 un Protocolo en el que los