Londres se salvó de una nueva noche de destrozos pero vivió una tensa calma con la presencia en las calles de 16.000 policías, una cantidad seis veces mayor de la habitual, y con el adelanto del cierre de numerosos comercios.
Manchester, sin embargo, la tercera mayor ciudad británica, con 2,6 millones de habitantes en el noroeste de Inglaterra, experimentó sus peores disturbios en 30 años, según la policía.
Cientos de encapuchados saquearon comercios de ropa y tecnología y sostuvieron escaramuzas con la policía de Manchester durante horas hasta avanzada la madrugada del miércoles.
Las Causas
Los ingleses aún se preguntan si los motivos que mueven a los jóvenes agitadores se reducen al mero vandalismo y el ánimo de saqueo o si su ira encuentra suficiente justificación en el abandono de las áreas más marginales de las grandes ciudades.