Ramón I. Centeno
Rebelión
Una de las primeras cosas que uno escucha por ahí en la política radical es algo así como que “en su lucha, los participantes aprenden.” Sin embargo, uno se pregunta si esto es verdad cuando, desde hace décadas, las protestas en México repiten una y otra vez: “¡Zapata vive y vive, la lucha sigue y sigue!” ¿Qué aprendizaje hay ahí? Uno está tentado a preguntarse si “la lucha” no se trata entonces de un movimiento eterno hacia un paraíso tan ambiguo como inalcanzable.
En efecto, toda protesta está condenada a ser un signo de malestar sin consecuencias para el capitalismo… a menos que postule una cura. ¿Pero cómo?
Lo que ocurre en Europa es aleccionador: hay un agrietamiento de la confianza en el capitalismo que coexiste con una brutal dificultad para la emergencia de alternativas a la crisis. Aquí el contraste Inglaterra-Grecia es relevante: en el primer caso ocurrió en 2011 una loca irrupción de