…y la sumisión de los demás!!! | Lo único que se necesita para que triunfe el mal, es que los hombres buenos hagan nada. Edmund Burke. Escritor y pensador político irlandés. 1729-1797
Reseña sobre el libro: Tecnofeudalismo: Crítica de la economía digital, del economista francés, Cédric Durand.
En este libro nos muestra como surgió Silicon Valley, su tecnología fue creada con el poder del Estado de EEUU y después se privatizó y ahora devora al actual sistema para dar paso a otro en el que los ciudadanos dejamos de serlo pra convertirnos en siervos y nuestro futuro, para salir de este feudo, será ser hackers.
Cédric Durand nos dice que La economía política de esta era digital sigue siendo prácticamente un “territorio inexplorado” para casi todo el mundo; su libro, desentraña la nueva “Matrix” en que vivimos que controla todas nuestras vidas.
En el marco de la pandemia de Covid-19 millones de seres humanos asisten de manera pasiva a la instauración de un totalitarismo tecno-sanitario-plutocrático integral de tal magnitud, que hace que las distopías de ciencia ficción de George Orwell ( 1984) y Aldous Huxley ( Un mundo feliz) se queden cortas, y que los totalitarismos clásicos parezcan apenas ejercicios de aprendices primitivos.
Según Naomi Wolf ( Ten Steps to Fascism: Authoritarianism in a Pandemic), Estados Unidos transita ya el décimo de los 10 pasos hacia el fascismo: el Estado ha fusionado al gobierno con las megacorporaciones financieras, tecnológicas y farmacéuticas de una manera similar a la del fascismo italiano, utilizando la crisis sanitaria como vehículo para justificar la supresión/abolición de los derechos humanos inalienables y civiles; pero no es sólo una guerra contra la libertad sino contra los seres humanos.
Con votos del PRI, Partido Verde y del PAN, Senado aprobó en comisiones la Ley de seguridad interior. PRD, PT-Morena votaron en contra. Fueron 19 votos a favor y 11 en contra.
“Estamos sufriendo mucho. Se quemó mi frijol y mi maíz, se quemó mi casa, ahí se quedó mi marranito, mis pollos. Ahora ya no tengo nada. Estamos sufriendo con mis hijos, estamos sufriendo mucho, estamos sufriendo de hambre.”
Estas son algunas de las palabras de una mujer tsotsil entrevistada por el padre Marcelo Pérez Pérez, párroco de Simojovel, Chiapas, a finales de noviembre. Ella tiene dos hijos pequeños y ahora no tiene casa, duermen en la montaña, donde en la noche la temperatura baja a veces a menos de cero grados. No tienen cobijas, no tienen alimentos. Perdieron todo, no saben qué hacer y viven con el miedo constante por los disparos de armas de alto calibre que se escuchan todos los días y todas las noches.
Como ella, casi 6 mil indígenas tsotsiles (5023 de Chalchihuitán y 950 de Chenalhó) sobreviven en las montañas de Los Altos de Chiapas en condiciones de extrema precariedad. Entre ellos, miles de niños y