La razón oculta por la que Ratzinger ha dimitido
Hace pocos días Ratzinger visitaba a su camarero en la cárcel, condenado por haber robado documentación secreta del Vaticano con un informático, que se mantiene desaparecido, y que compromete a la secta católica en todas las causas por blanqueo de dinero de la mafia, tráfico de drogas y armas y decenas de miles de escándalos de abusos sexuales, explotación laboral y fraude económico en todos los países donde se halla implantada. La prensa fascista vendió que Ratzinger perdonaba a su secretario, le amnistiaba y le enviaba a casa. Y ahora, pocas semanas después, dimite, con razones tan increíbles como ridículas cuando la gerontología le mantiene en mejor estado que a cualquiera de sus centenares de antecesores. Miente, y todos lo sabemos.
Porque en realidad los papeles sucios del Vaticano siguen en manos de sus sustractores, el camarero y el informático, y son ellos quienes le obligaron a dejarle libre y ahora a dimitir si no quiere su secta que esos papeles salgan a la luz o vayan a parar a manos de los fiscales italianos que investigan sus conexiones con la mafia y el blanqueo de dinero negro del narcotráfico, la prostitución y la venta de armas.