Juegos de poder
Paramilitares, tercera generación del crimen
Por Rodolfo Sánchez Mena
La existencia de grupos paramilitares “mata zetas”, recibió el reconocimiento oficial del secretario de Gobernación, Blake Mora, después de atribuirse estos la muerte de 39 presuntos zetas en Boca del Río, Ver.
Calderón refutó con su vocera a su secretario, Blake. Niega la existencia de paramilitares. Las razones para decir que no existen los paramilitares en México, son varias y poderosas. Echa por tierra la versión de Calderón de la muerte de 50 mil mexicanos, la desaparición forzosa de otros miles, muerte de periodistas, son atribuidos al choque de bandas criminales.
Dos motivos esenciales para negar la existencia de paramilitares.
1) El asesinato extrajudicial de miles de mexicanos, existen responsables y podrán ser demandados en nuestros tribunales o Internacionales. Sin declaratoria por el Congreso de un estado de guerra, la ejecución extrajudicial para no procesar a civiles mexicanos, es responsabilidad de Calderón y del firmante del Plan Mérida.
2) La existencia de paramilitares, implica un escalamiento de la intervención militar y de inteligencia norteamericana, elevando el número de muertes, violencia y de terror, al considerar agotado el paliativo del Plan Mérida, y pasar a acciones contrainsurgentes-narcoterroristas, pues advierten que los paramilitares, ponen en riesgo a su seguridad nacional ¿?.
La terminología del Pentágono define a los paramilitares como tercera generación del crimen organizado. Concretamente, los paramilitares representan una nueva fase -transición- del uso de gatilleros a sueldo, por el terrorismo paramilitar, con tácticas guerrilleras.
Las organizaciones paramilitares de tercera generación, han reemplazado a las pandillas callejeras, generalmente integradas por grupos del lumpen proletariado urbano y campesinos desclasados, marginales. Estos grupos de pandilleros, son los que combate Calderón y presenta como cabecillas de la delincuencia organizada.
Un ejemplo destacado son los incendiarios del casino Royal de Monterrey, presentados como los responsables del acto “terrorista”.
Sin embargo, los paramilitares se distinguen de los criminales comunes y corrientes, por ser una estructura compleja, organizada, equipada y entrenada, con gran poder de disuasión, de terror y corrupción, capaz de cooptar al aparato político-militar y policiaco e integrarlo a su servicio. Cuenta con un diseño de comunicación-información e inteligencia y un aparato propagandístico, publicitario de alta penetración, con técnicas avanzadas de tecnología punta, sistema de cómputo y creación de videos, textos y mensajes con faltas de ortografía para una población semianalfabeta.
Los “mata zetas”, son un grupo paramilitar, según el texto leído por su vocero en un video de facebook, donde da respuesta a las preguntas que se hacen los mexicanos sobre los autores y la causa de la matanza en Veracruz.
Este hecho y testimonio de los paramilitares “mata zetas”, irrefutable, como la aceptación oficial de Gobernación de la existencia del grupo paramilitar, se pretende desmentir por la vocería de Calderón. Pese a que los Zetas son una estructura paramilitar, esto es, un ejército paralelo, entrenado, armado y dirigido por el Pentágono, que ha evolucionado como fuerza transfronteriza, a fuerza trasnacional.
A su vez, los paramilitares “mata zetas”, no son una novedad, desde 2009, han actuado y dado a conocer ejecuciones e intenciones, en apoyo a la guerra de Calderón contra el narcotráfico, como le manifiestan “… al señor presidente Felipe Calderón Hinojosa, que admiramos el valor y la entrega que ha dado al combate a la delincuencia; asimismo… manifestarle que somos un grupo que se ha levantado en armas en contra de los Zetas.
La creación de escuadrones de la muerte, persigue un doble propósito, la utilidad, sumado a un objetivo de carácter político, estratégico o de orden geopolítico. Esta es la historia conocida de los escuadrones de la muerte, creados en Latinoamérica y en tierras, veracruzanas, tamaulipecas, en la Huasteca, unas veces como guardias blancas otras como paramilitares y en Colombia, donde los narcoparamilitares desmembraban a campesinos con motosierras para apoderarse de sus tierras y que ahora inspiran con su ejemplo a Calderón, admirador de Uribe, el Jefe de Jefes de los narcoparamilitares, con fines de aterrorizar a la población, para mantenerla quieta, mientras logran su objetivo de despojo, como veremos más adelante.
La existencia de paramilitares en México la pretende desmentir el gobierno de Calderón, porque es una guerra desatada para proteger a la población. Según esta versión de Calderón, los miles de muertos, no son parte de la población, son solo delincuentes que han muerto por ser delincuentes.
El gobernador de Veracruz, Duarte de Ochoa, justificó el asesinato extrajudicial de veracruzanos que sin juicio probatorio, los condenó como verdugo oficial a muerte por ser delincuentes. En esta misma tesitura se ubicó la procuradora general de la República, Maricela Morales. Según su tesis, para acabar con la violencia hay que eliminar a los narcomenudistas.
Los escuadrones de la muerte, grupos paramilitares, guardias blancas, son historia y presente cotidiano a lo largo y ancho del país. En momentos de crisis, son puestos a circular para liquidar a dirigentes y movimientos sociales; actúan a plena luz del día para sembrar el terror y demostrar, absoluta impunidad. El asesinato del dirigente campesino de Chihuahua, Armando Villarreal Martha, un estratega nato que impulsaba la producción alimentaria nacional, fue ejecutado por un grupo paramilitar.
Los escuadrones paramilitares de la muerte, persiguen objetivos de orden geopolítico y estratégico, definidos por su(s) creador(es). En el caso de Veracruz, salta la vista la disputa sobre el puerto y las instalaciones, por ser acceso de containers, armas y precursores químicos, así como de exportación de drogas, autos y maquinaria robada, como lastre.
El control de la infraestructura carretera, ruta a Texas y viceversa hasta Centro América. Es la puerta y llave de acceso al sureste; circulan parte de los alimentos y energéticos que abastecen al país.
El petróleo y gas de la entidad, toda la región petrolera del Golfo, instalaciones e infraestructura de transporte, ha sido y es foco de interés y lucha por despojar tanto a la Nación como a los pueblos y rancheros de sus tierras por los recurso del subsuelo o la explotación clandestina que permite, adicionalmente, el lavado de dinero.
Apoderarse de tierras de la zona de seguridad del futuro canal del Istmo de Tehuantepec, una ruta estratégica que se abrirá y pondrá en operación tan pronto se logren los acuerdos para reactivar la economía y el comercio, con nuevos actores como China, India, etc.
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